Ella tiene zapatos de clavos que tatúa en tu espalda para recordarte lo destructiva que es en sobredosis, te mira de pies a cabeza con sus ojos color magenta y te hace sentir el ser mas repudiable de su entorno, en ocasiones te pide disculpas sin saber que su padre te enseño a leer su mente y demostrarte su exceso de mentira.
Ella te abandona en la catedral para que pidas limosna y le compres oro del bueno, si regresas con oro del malo se acerca a tu vena y te la inflama, dentro de su ropero hay una cadena que la usa para amarrar tus tobillos los dias pares de la semana, los dias impares tus tobillos son enredados con puas en alambre, ella dice que no eres merecedor de tanto castigo.
Ella no permite que uses tus manos para limpiar el piso, dice que tu lengua esta húmeda y que el agua esta cara, los lunes te viste de marino para que te distraigas en alta mar buscando su cepillo aquel único que puede peinar sus ondulados cabellos, en ese viaje pensaras en huir, antes de que intentes algo loco toca con tu mano la cicatriz que tienes en la cabeza aquella que rodea tu circunferencia en su totalidad, es la secuela de cuando tu cerebro fue hurtado por sus hormigas obreras, ahora ella se cuelga tu cerebro en su hermoso cuello, ahora no tienes voluntad.
Es la breve historia de lo que ella te hace, no la hagas enojar no la quieres ver en ese estado, te lo recomiendo.
Enrique Bunbury, "Alicia (expulsada al país de las maravillas)"
2 comentarios:
interesante blog... saludos
Has tocado temas controversiales con una narración que atrae oscuridad, como entretenimiento me gusta, me alegra que estes escribiendo nuevamente
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